El muchacho regresó a la iglesia a buscar el tesoro, pero cuando llegó era de noche y se quedó durmiendo. Al amanecer empezó a cavar al lado del sicomoro y pensó que por qué el alquimista no le ahorró el viaje, entonces el viento dijo “no”. Al final encontró un baúl lleno de monedas y mascaras de oro, el muchacho también guardó en el baúl a Urim y Tumim, el viento trajo un beso de Fátima y el se dijo ya voy, para reunirse con su amada.
Es un libro que a mi me ha parecido interesante, ya que trata de cómo vivir la leyenda personal y creo que todos deberían vivir su leyenda personal para encontrar su felicidad.
21 diciembre 2009
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